viernes, 30 de mayo de 2008

Piratas (3ª y última parte)

A partir del siglo XV, floreció en el Caribe la piratería.

Como ya había dicho, existían varias clases de piratas. El corsario trabajaba por cuenta de un rey, y el botín era propiedad de la corona, del que recibía una parte. En ralidad, su función era entorpecer el tráfico de los países rivales con sus colonias, intentando conseguir la supremacía naval. Sus acciones eran, sobre todo, en alta mar.

Los bucaneros eran, en un principio, habitantes de la zona occidental de la isla de La Española. Se les llamaba así porque cazaban animales y ahumaban la carne con el bucán, una rejilla de madera. En su mayoría eran aventureros franceses que habían aprendido a ahumar la carne y curtir la piel de los amerindios, que vendían a quien quisiera comprar. Los bucaneros se dedicaban, sobre todo, al pillaje, saqueos y asaltos. Al contrario que el resto de piratas, no reconocían jefe, no se sometían a ningún tipo de orden, no existía entre ellos jerarquía.

En los siglos XVII y XVIII, los bucaneros tuvieron su base en la Isla de la Tortuga, al noroeste de la actual Haití, fácil de defender y complicada de conquistar. Allí fundaron la Cofradía de los Hermanos de la Costa, que se regían por una especie de constitución compuesta por 5 leyes:

  1. Ni prejuicios de nacionalidad ni de religión.
  2. No existe la propiedad individual.
  3. La Cofradía no tiene injerencia en la libertad de cada cual.
  4. Si un cofrade abandona la sociedad jamás será perseguido.
  5. No se admiten mujeres.

Aclaro que la segunda ley de la Cofradía se refiere al terreno. La isla era de todos y nadie podía reclamar para sí un pedazo.

También cabe destacar que gran parte del conocimiento de las costumbres e historia de los piratas ha llegado a través de uno de ellos, culto y con vocación de escritor, Alexandre Olivier Exquemelin, que fue cofrade en la Isla de la Tortuga y escribió el libro Bucaneros de América (editado en castellano).

Otro tipo de piratas eran los filibusteros. Eran piratas al "estilo clásico", es decir, saqueaban para su propio beneficio. Las características que los hacían diferentes es que actuaban en el Mar de las Antillas y nunca salían a alta mar, bordeaban el litoral, atacaban las ciudades costeras y hacían contrabando. Durante el siglo XVII tenían su "centro de refugio y operaciones" situado en Belice. Su filosofía de vida era: "Contamos con el día en que vivimos y nunca con el que habremos de vivir". El botín que conseguían lo gastaban rápidamente para volver al pillaje.

Y ahora, más curiosidades. Si os preguntara cuál fue el pirata más grande de todos los tiempos, ¿qué diríais? Con "el más grande" me quiero referir no al más famoso, no al más conocido, sino al más efectivo. Pues bien, la respuesta es... el pirata Roberts.

Bartholomew Roberts, que, viajando en un barco de esclavos, fue capturado por un barco pirata y obligado a enrolarse en la tripulación con 37 años. Que, tras la muerte del capitán del barco pirata, fue elegido democráticamente como nuevo capitán. Que durante su carrera pirata, 4 años, capturó 456 navíos.

Roberts, más conocido como Black Bart, era un hombre de buenos modales, que vestía con elegancia, era abstemio, hacía que dieran misa los domingos a bordo del barco y tenía contratada una orquesta de músicos.

Era común que los capitanes piratas establecieran un código de conducta a bordo, para que todo el mundo estuviera al tanto de sus obligaciones y de sus derechos. El de Roberts tenía 11 puntos:

I. Todo hombre tiene voto en los asuntos del momento, tiene igual derecho a provisiones frescas o licores fuertes en cualquier instante tras su confiscación y pueden hacer uso de ellos a placer, excepto que la escasez haga necesario, por el bien de todos, su racionamiento.

Una de las dos banderas pirata que utilizaba Roberts.

II. Todo hombre será llamado equitativamente por turnos, según la lista, al reparto del botín (sobre y por encima su propia participación), se le permitirá cambiarse de ropa para la ocasión pero, si alguno defrauda a la compañía por valor de un dólar de plata, joyas o dinero, será abandonado a su suerte en el mar como castigo. Si el robo fuese entre miembros de la tripulación, esta se contentará con cortar las orejas y la nariz al culpable y lo desembarcará en tierra, no en lugar deshabitado pero sí en algún sitio donde se de por sentado que encontrará adversidades.
III. Nadie jugará a las cartas o dados por dinero.
IV. Las luces y velas se apagarán a las 8 de la noche; si después de esa hora algún miembro de la tripulación se inclina a seguir bebiendo, puede hacerlo sobre cubierta. (Nota: Así se evitaba el ser avistado en los ataques nocturnos, ser atacado o incendios.)
V. Mantener sus armas, pistolas y sables limpios y listos para el servicio.
VI. No se permiten niños ni mujeres. Si cualquier hombre fuera encontrado seduciendo a cualquiera del sexo opuesto, y la llevase al mar disfrazada, sufrirá la muerte.
VII. En batalla la deserción del barco o sus camarotes será castigada con la muerte o al abandono a su suerte en el mar.
VIII. No se permiten las peleas a bordo, pero las disputas de cualquier hombre se resolverán en tierra, a espada y pistolas.

La otra bandera que utilizaba. ABH y AMH (A Barbadian's Head y A Martinican's Head) simboliza que cada una de las calaveras son de habitantes de Barbados y de Martinica, queriendo decir que la muerte les esperaba.

IX. Ningún hombre hablará de dejar su modo de vida hasta que haya aportado 1000 libras. Si, para conseguirlo, perdiera una extremidad o quedara impedido para el servicio, se le darán 800 dólares extraídos del inventario común y por heridas menores, en proporción a su gravedad.
X. El capitán y su segundo recibirán dos partes del botín; el maestre, contramaestre y cañonero una parte y media, y el resto de los oficiales, una parte y un cuarto.
XI. Los músicos tendrán descanso el sábado pero no los otros seis días y noches, a no ser por concesión extraordinaria.
XII. Si un miembro de la tripulación viola a una mujer, será castigado con la muerte o con el abandono a su suerte en el mar.

Bart Roberts murió a los 41 años, por un cañonazo en un ataque de un barco de la marina real inglesa. Sus hombres cumplieron el deseo de que su cuerpo fuera arrojado por la borda.

Comparando, el pirata Barbanegra, mucho más famoso que Black Bart, capturó menos de 30 barcos. A la izquierda, la bandera pirata de Barbanegra.

Anne Bonny, de la que hablábamos hace unas semanas, con Calicó Jack de capitán, ambos capturaron menos de 20 barcos, pequeños en su mayoría.

Como véis, la bandera pirata, llamada Jolly Roger, no es la misma para todos. Cada pirata tenía la suya propia. La que consideramos como arquetipo de la bandera pirata, una calavera sobre dos tibias cruzadas, pertenecía al pirata Edward England. Y no siempre eran de fondo negro. De hecho, las banderas más temidas eran las que tenían el fondo rojo, que significaba: No se perdonará una vida, no se harán preguntas.

Bandera roja de Henry Every. También tenía la "menos mala", la de fondo negro.

Ya, por último, quisiera contar algo con lo que me he topado: la historia del Capitán Misson. Siendo joven, con el permiso de su padre, se enroló en un buque de guerra de la Armada Francesa, donde aprendió el arte de la navegación. En una visita a Roma, conoció al dominico Caraccioli. El clérigo le inculcó a Misson sus ideas socialistas y la influencia de Misson sobre Caraccioli hizo que colgara los hábitos y se enrolara en la tripulación del buque. Tiempo después, en un enfrentamiento con un buque inglés, el capitán francés murió y, animado por Caraccioli, Misson se presentó a capitán. Salió elegido y se declaró el navío como república marítima, bajo una bandera blanca que significaba "Por Dios y por la Libertad".

Pirateaban, pero sólo cogían lo necesario, no hacían saqueos, no mataban, no capturaban y no quemaban los navíos. Los capitanes temporalmente apresados se maravillaban con aquellos raros piratas. Una vez capturaron un barco esclavista y Misson hizo que se liberara a los esclavos y algunos de ellos se enrolaron en la tripulación.

Años después, establecieron una colonia utópica en el norte de Madagascar, Libertatia. Allí conocieron al pirata inglés Thomas Tew, que se unió a la colonia y fue nombrado Almirante de la Flota. Su misión era atacar barcos esclavistas. Tras 25 años de existencia de la colonia, fue atacada por nativos cuando faltaba gran parte de sus habitantes, que estaban en alta mar al mando de Tew. Caraccioli murió y a duras penas pudo escapar Misson. Tew y Misson se repartieron los navíos y el botín que Misson había podido salvar. Misson murió en el naufragio provocado por una tormenta en el Cabo. Tew se retiró, pero fue persuadido para volver a navegar bajo patente de corso. Murió de un disparo cuando atababan un barco, probablemente hindú.

No hay datos de que el Capitán Misson existiera realmente. La única fuente es un libro titulado "Historia general de los robos y asesinatos de los más famosos piratas", escrito por el Capitán Charles Johnson. La cuestión es que el Capitán Charles Johnson no existió y se supone que es un seudónimo de Daniel Defoe. La obra está dividida en dos tomos que habla sobre piratas conocidos. En líneas generales, al primer libro se le considera bastante exacto, aunque daba una visión "amable" de la piratería. En el segundo es donde aparece la biografía de Misson y de otros dos piratas, de los que no se ha probado su existencia real.

Thomas Tew, el Almirante de Libertatia, sí que consta en los documentos de la Marina de Guerra Británica. Misson y, por ende, la colonia, se consideran un mito.


Fuentes: la Wikipedia. Si queréis investigar, aquí os dejo el artículo principal en el que me he basado, Piratería, y del que he ido tirando del hilo, o maroma, en este caso. Las imagenes son de Wikimedia Commons.


viernes, 16 de mayo de 2008

Zumo de escarabajo

¡Mmmm! ¡No digáis que no os gusta!

Alto, alto. Antes de lanzaros a los comentarios a ponerme verde, en el improbable caso de que lo hubiérais probado, quiero aclarar que me refería a... "Beetlejuice" o como se transcribió en castellano "Bitelchus", uno de los primeros largometrajes de Tim Burton. Hoy me estaba acordando de la película y he recordado una escena con canción.

Day-O (Banana boat song) - Harry Belafonte





La canción, interpretada por Harry Belafonte, es una canción tradicional jamaicana que cantaban los trabajadores de los muelles. La película está protagonizada por Michael Douglas, artísticamente conocido como Michael Keaton, Alec Baldwin, Geena Davis y Winona Ryder, que hizo aquí su primer papel importante. Hay otro vídeo donde la señorita Ryder hace un playback, pero como es el final de la película, dejo sólo el enlace, por si alguien no ha visto la película y no quiere verse tentado.


Quisiera recordaros a todos que el fin de semana del 31 de mayo vamos a hacer una blogoquedada en Madrid. Sería estupendo que fuéramos todos los que podamos y nos apetezca, claro. En principio, estamos Norma, Futuro Bloguero, Joker y yo. Si a alguien más le hace, no tiene más que dejar un comentario o mandarme un correo.


miércoles, 14 de mayo de 2008

Cócteles animales

Para hacer este sencillo cóctel, deberemos tener los siguientes ingredientes:

- 1 pico entero, ancho y aplastado, pero no rígido. Mejor que sea flexible y suave.

- 1 cuerpo rechonchete, no demasiado grande, de tamaño medio.

- una generosa capa de pelo para cubrir el cuerpo. En este caso, utilizaremos pelo corto, impermeable, color pardo.

- 4 patitas cortas, pero robustas, para aguantar el peso del cuerpo. Como queremos hacer un animalito singular, optaremos por un raro ingrediente aquí. Las patas tendrán membranas entre los dedos, que le servirán para nadar con agilidad. En el extremo de los dedos, tendrá unas potentes uñas, que le servirán para cavar la tierra y hacer nidos. Como colofón a las extremidades, a las hembras jóvenes y a los machos les vamos a añadir un espolón venenoso, muy venenoso, en las patas posteriores. Téngase en cuenta que este veneno podrá matar a un perro o causar problemas a un humano.

- En este punto, un detalle a añadir, que dará realce a su capacidad natatoria, sería una cola plana y ancha, como la del castor.

- El animalito deberá poder oler bajo el agua y tendrá receptores sensoriales para detectar los campos eléctricos de posibles presas.


El aprendiz estuvo toda la noche trabajando con mimo. Había encontrado la receta en un libro antiguo y olvidado: "Cócteles animales". Había de todo: sirenas de dos clases (de pez y de pájaro), unicornios, centauros, quimeras, hipogrifos bellísimos... Se decidió por el más pequeño que encontró. Habría sido una temeridad optar por uno grande para empezar.

Un par de horas antes de amanecer se sintió cansado y se fue a la cama. Dejó reposar la mezcla para darles los últimos toques al día siguiente. Se sentía emocionado. Le había costado encontrar los ingredientes para hacer un bicho especial, único. Casi estaba fuera de sus habilidades, pero le hacía tanta ilusión.


A la mañana siguiente, el pequeño hijo del aprendiz se levantó y fue al laboratorio a escondidas. Quería ver en lo que había trabajado su papá casi toda la noche. Sabía que era algo especial y muy importante. Cuando estaba muy cansado, a su papá se le olvidaba cerrar la puerta con la llave. Entró sigilosamente. Se acercó al banco de trabajo y subió trabajosamente al taburete.

Allí estaba. Un animal aún incompleto. Le faltaban un par de retoques. Al pequeño le gustaban mucho los pájaros, y este animal no tenía alas. ¡Qué animal más raro!. Parecía un reptil por sus patas, parecía un pájaro por su pico, pero tenía pelo como un mamífero. ¿Qué sería? Alzándose un poco sobre la mesa, el pequeño acercó su nariz a una vitrina pequeña con unos tarritos. Alargó las manos, abrió dos tarros y sacó dos ingredientes: ¿pondrá huevos o dará de amamantar a sus crías? ¿Por qué ingrediente se decidiría su padre?

De pronto, se abrió la puerta del laboratorio, dándole un susto de muerte. Era su padre. Sin darse cuenta, al pequeño se le escaparon de las manos los dos ingredientes y cayeron sobre el animal. Era lo que faltaba, definir su reproducción.

El aprendiz se enfadó con el niño, pero no demasiado. Un accidente así lo tiene cualquiera. Y, en el fondo, la casualidad había hecho algo que nunca se le hubiera ocurrido: mezclar dos ingredientes aparentemente incompatibles.

Durante toda eternidad, el aprendiz de dios se sintió orgulloso. Se imaginaba el desconcierto de los humanos (esos sí que fueron sencillos de hacer), al descubrir a su extraño animalito, que pone huevos y luego amamanta a las crías, con pico de pato, cola de castor, patas de reptil, que caza en el agua y vive en la tierra, haciendo túneles como los topos.

Además, le había salido bonito.

Lo que no le gustaba demasiado era el nombre que habían escogido los humanos para llamarle: ornitorrinco. "Pico de pájaro", qué poca originalidad.


Los datos de la Wikipedia y la foto de Wikimedia Commons.


miércoles, 7 de mayo de 2008

¡Hay piratas en la costa!

A través de la literatura, del cine y de las leyendas, tenemos una idea sobre los piratas y la piratería un poco basada en tópicos. Hay varios prototipos del pirata: pata de palo con parche en el ojo, mal humor, bebedor de ron y loro en el hombro (tipo Long John Silver de "La Isla del Tesoro" de R. L. Stevenson); el pirata apuesto, caballeroso y bienhumorado que enamora a las damiselas capturadas (tipo Burt Lancaster en "El Temible Burlón", Errol Flynn en "El capitán Blood" o Cary Elwes en "La Princesa Prometida"); o la nueva visión hollywoodiense a partir de la serie de películas de "Piratas del Caribe".

Errol Flynn en El Capitán BloodErrol Flynn en "El Capitán Blood".

En la realidad, como podréis imaginar, en el mundo real los estereotipos no se cumplen nunca.

En principio, quisiera hacer un repaso por los diferentes tipos de pirata. Está el pirata propiamente dicho, que es la persona que no obedece bandera ninguna excepto la suya, que atrapa barcos para apropiarse del botín y que es un delincuente. "Profesión" tan antigua como los barcos y la navegación. Desde la Antigua Grecia (o incluso antes) hasta la actualidad. Es curioso como un personaje de la antigüedad como Jasón y sus Argonautas podrían ser calificados como simples piratas (su meta era robar el Vellocino de Oro). En Roma, los piratas en el Mediterráneo fueron un serio problema a finales del período de la República.

A principios de la Edad Media, los piratas por antonomasia fueron los vikingos. Asolaron las costas de toda Europa. En una incursión en la península Ibérica, lograron conquistar Cádiz. Luego, subieron por el Guadalquivir hasta Sevilla, a la que mantuvieron durante 7 días en constante saqueo en noviembre de 844, y que fueron derrotados por Abderramán II. Entre los vikingos no era extraño que hubiera mujeres piratas, capitanas de naves e incluso de flotas enteras.

En el Índico, debido a las rutas abiertas por los árabes para las mercancías de Oriente (oro, especias, materias primas...), había piratas también árabes que se hacían con las cargas de los barcos para comerciar con ellas.

Otra forma de piratería en el Mediterráneo durante la Edad Media era el pillaje, saqueo o conquista de ciudades costeras por parte de flotas. También el secuestro de personajes importantes y adinerados para pedir rescate por ellos. Aquí fue cuando se creó la llamada "patente de corso", es decir, piratas o marineros, llamados corsarios, al servicio de una nación o de un rey para proteger sus intereses, atacar a sus enemigos o ganar plazas para ellos.

En el Mar del Norte, a finales ya de la Edad Media, existieron los vitalianos. Veamos si lo explico bien. En el norte de Europa existió la Liga Hanseática, federación de ciudades costeras, que reguló y controló el comercio en esa zona. Aunque hablamos de federación, había enconados enfrentamientos entre ciudades, llegando algunas a pagar a flotas para que asediaran ciudades rivales. Las ciudades asediadas pagaban patentes de corso a piratas para que rompieran las líneas enemigas y les llevaran alimentos (la vida, de ahí el nombre de vitalinos). Con el tiempo, estos valerosos piratas que aseguraban el abastecimiento a las ciudades volvieron a convertirse en simples piratas que se dedicaban a rapiñar.

Durante la Edad Moderna, la piratería en el Mediterráneo siguió con los corsarios. Los estados cristianos contra los estados musulmanes y viceversa. El corsario más conocido del Mediterráneo fue Barbaroja, aunque sería más correcto hablar de los hermanos Barbarroja. El primer hermano así llamado fue Aruj, que conquistó Argel en 1516 de manos españolas. Se declaró sultán de Argel, aunque un año más tarde renunció al cargo para ofrecérselo al Sultán del Imperio Otomano, para que Argel, al pasar a ser provincia otomana, contara con la protección del Imperio. Aunque poco le duró la victoria, porque fue muerto en el asedio de la ciudad de Tremecén, cercana a Argel, en 1518.

Su hermano Jeireddín (en la ilustración de la izquierda) heredó el título de Barbarroja y la misión de su hermano. Reconquistó la ciudad a finales del mismo año. Si Aruj fue un gran navegante y corsario, Jeireddín lo igualó y lo superó en poco tiempo. El sultán Solimán lo nombró Almirante de Flota de la Armada Otomana y Jefe Gobernador del Norte de África. Con el mando de todos los barcos turcos, azotó las costas de España, Francia, Italia, Grecia, islas y posesiones en el Norte de África. Años de conquistas, pérdidas y reconquistas, desde 1518 hasta 1545, año en que se retió. Sus logros, bajo el amparo del Sultán otomano, establecieron la supremacía marítima turca en el Mediterráneo hasta la batalla de Lepanto en 1571.


Para el próximo post, sigo con el tema. La piratería en el Nuevo Mundo da muchísimo de sí. La fuente, la Wikipedia.