No tengo por costumbre poner post personales, pero hoy voy a hacer una excepción. La crónica del bloggellón madrileño. No tenía pensado ir. Eso, no tenía pensado, pero es que soy fácil de convencer...
El viernes, suena el teléfono. Ya había hablado con Duende y estaba previsto que llegaran a las 13:00 horas al Parador de mi pueblo. Pero llegaron antes...
Ring, ring...
- Duendeeee, ¿por dónde andáis?
- (Voz desconocida de mujer.) Estamos en el Parador. ¿Dónde estás?
- En mi casa, ahora mismo voy para allá.
No caí en la cuenta. Me puse tan nerviosa y estaba tan emocionada que colgué sin más, adivinando a los 3 milisegundos que había hablado con Suuuuuuu. Pitando voy para el Parador...
Peazo de abrazo que me esperaba. Su y Duende, más guapos de dos soles, más alegres que dos cascabeles.
- ¿Cuándo tienes la boda?
- Mañana por la tarde.
- Venga, vente. Así como estás. No tienes ni que coger dinero. Te vienes mañana por la mañana. Vamos en coche. Llegamos en hora y media...
Llamo a joker. Aún no tiene billete de tren.
- Vale. Me voy.
Y allí estábamos los tres, Su, Duende y yo, volando (es un decir) por la autovía, cantando, probando el codo asesino de Su, riendo... Atasco a la entrada de Madrid, el GPS empeñado en que atravesáramos edificios para llegar a su hotel y yo con un queso que había comprado. Una versión de Paco Martínez Soria en manchego.
Llegamos al hotel y, después de echar un vistazo a la habitación, que tenía la tele encima del armario empotrado haciendo el salto de la salamanquesa, llaman a Somezing, que ya estaba allí con Flat. Risas, besos, abrazos. ¡Las cinco de la tarde y sin comer! Vamos a la calle.
Tras calmar el estómago, Flat y Duende se fueron a hacer maldades: una tarta sorpresa para Su que había sido su cumpleaños. Y las chicas, Somezing, Su y yo, de compritas y risas. Encontramos "La Tienda" perfecta. Millones de cosas en un sótano, una hora y pico allí las tres...
- ¡Mira, qué chulo!
- Un cuadro de Marilyn.
¿Uno? Cientos... Y de Audrey Hepburn, y de John Lennon, y un teatrito con muñequitos y la ópera del "Cascanueces", y soldaditos de plomo, y velas, y cajitas de música... Que nos volvimos locas. Y Su que quería comprarle a un cliente sus zapatos de colores. El dependiente alucinaba:
- En ése tienes que poner D-@-L-R.
- ¿La L primero?
- Lo tengo aquí apuntado.
- Sí, la L primero.
Nos miraba como si estuviéramos bromeando. Pero acabó riendo tanto como nosotras. Y nos regaló velitas con olor a chocolate.
Acabadas las compras, porque habíamos quedado con Kutxi, vamos para la Plaza Mayor. ¿Dónde quedamos? Bajo el culo del caballo, como los de CPI. Allí fotos, más risas, vídeo rockero con nuestras guitarras invisibles y las melenas al viento... Y llega Kutxi. Vamos a tomar algo, que estamos cansaditas de andar tanto... por la tienda.
Y pendientes porque tienen que llegar Norma y Dalr por un lado, y Joker por otro. Allí ya llegaron los conspiradores tarteros, Flat y Duende. Norma repartiendo besos y chapitas, Dalr informándonos del "secuestro" más famoso después del mío, el del Jueves. Y regalándome por mi cumpleaños el libro de "Pies para quiosquero". No me lo esperaba y me hizo una ilusión loca.
Y al final, alrededor de una mesa, estamos Somezing, Flat, Su, Duende, Norma, Dalr, Kutxi y yo, Bloggesa. Como siempre, Joker es un tardón. Allí, Flat y Somezing recibieron una mala noticia, que les hizo cambiar los planes y tener que irse al día siguiente. Un beso a los dos, chicos.
Kutxi, previsor, había reservado mesa en un restaurante con las mesas al aire libre, con la noche tan estupenda que hacía. Duelos y quebrantos, plato manchego, y carne a la piedra. Todo riquísimo. Y de postre, tarta cumpleañera para Su, que había estado al lado de tarta todo el camino y no se había "pispao" de nada. Tuvimos el honor de conocer en directo a Pinocho, que es más joven al natural y más pícaro, y a Princesa, vestida con un traje pintado a mano (la que puede, puede). También estaban los friquets, sonrientes ellos con la excursión. Creo que hay algún documento gráfico de Pinocho haciéndose con una jarra de cerveza de las grandes. ¡Es un fiestero!
Hubo regalitos para todos. Como no tenía pensado ir, no me dio tiempo (ni dinero) de comprar nada. Su tuvo la buena idea de llevarnos narices, por si hacía falta disipar la duda de que somos... ¡UNOS PAYASOS! Nos transformó a todos en un momento. Madrid estuvo invadida un rato por una partida de PAYASOS, venidos de no se sabe dónde.
Tras la cena, las primeras bajas. Somezing y Flat tenían que levantarse temprano para viajar. Después, Norma y Dalr estaban cansados del viajazo desde Barcelona y el resto nos fuimos a echar una copichuela. Pero también estábamos cansados. Así que, tras dejar el pabellón fiestero a una altura conveniente, nos despedimos. Todos hasta mañana y Joker y yo, hasta la próxima. Acompañamos a Su y a Duende. Ya os podéis imaginar, nos dieron las 4 en la puerta del hotel, riendo, haciéndonos cosquillas, con abrazos y besos.
Como información adicional, informar de que perdimos al día siguiente el tren, salíamos a las 4 de la tarde de Madrid, llegamos a las 6 y cuarto al pueblo, me arreglé para la boda en 20 minutos y a las 7 y media estaba ya haciendo fotos a mi amiga vestida de novia. Esa noche acabé con los pies hinchados por los tacones y el trajín. Y deciros también que triunfé, un montón de gente me dijo que iba guapísima...
Y el domingo por la tarde, los penúltimos besos y abrazos a Su y a Duende, de camino a Andalucía.
¡Quién iba a pensar el viernes por la mañana que me iba a pasar todo esto!
Muchos besos a todos, a los que pude conocer y a los que no. Me han contado que el sábado fue estupendo. Yo el viernes lo pasé genial.
No puedo poner fotos, que la cámara la tiene Joker en Madrid y no nos dio tiempo a descargarla. Luego las pasamos... ¡Joker, toma nota! Beresos, chiqui.