jueves, 10 de julio de 2008

Conócete a ti mismo

La frase del Oráculo de Delfos del título viene pintiparada para el post anterior y para el de hoy.

¿Quién sabe de qué somos capaces? En una situación límite, ¿en qué nos podemos convertir? ¿Seríamos capaces, incluso, de reconocernos?

Hoy voy a contaros otro experimento que se hizo sobre la conducta humana en cautividad.

Veamos, el experimento se hizo en 1971, en la Universidad de Stanford, California, una de las universidades con mejor reputación del mundo. El investigador era el profesor Philip Zimbardo, psicólogo.

El experimento consistía en lo siguiente: mediante un anuncio en el periódico se eligieron a 24 alumnos universitarios, de clase social media. Habían sido sometidos a test y los elegidos eran sanos y estables psicológicamente.

En el sótano de la Universidad se creó una cárcel simulada, donde se estudiaría el comportamiento de los sujetos. Aleatoriamente (con una moneda) se hicieron dos grupos: presos y guardias.

La puesta en escena fue perfecta. La policía (de verdad) cooperó para que fuera lo más real posible: fue a las casas de los que serían los prisioneros y les detuvo por robo a mano armada, les fichó y los condujo a la cárcel, es decir, al símil de cárcel en el sótano de la Universidad.

A los guardias, el día de antes se les reunió y se les dió entera libertad para dirigir la "prisión" como creyeran conveniente, con la salvedad de que estaba expresamente prohibido ejercer violencia física.

El experimento debía durar dos semanas.

Sólo duró 6 días.

¿Qué sucedió?

El primer día fue, al parecer, poco relevante. Eso, en teoría. Recordad que recrearon una cárcel, con toda la parafernalia, es decir que a los prisioneros les raparon la cabeza, se les desnudó, les echaron los polvos esos blancos para los bichos, les dieron una vestimenta parecida a un vestido tosco, no llevaban ropa interior, les asignaron un número, se les puso una cadena enrollada al tobillo para que la sensación de opresión fuera más fuerte. No era una obra de teatro, era un estudio psicológico y requerían que las reacciones fueran verdaderas.

También hay que decir que los estudiantes que hacían de prisioneros estaban previamente advertidos de la situación que se les avecinaba.

Los guardias tenían un uniforme, un silbato, una porra y unas gafas de sol, el dominio dentro de la prisión y la advertencia de que su misión podía ser peligrosa (tal y como se hace con los guardias auténticos).

Pues eso, que el primer día no sucedió nada relevante. El segundo día, se produjo ya un motín. Los presos se quitaron los gorros (medias de nailón de mujer) y los números de la ropa e hicieron barricadas dentro de las celdas. Los guardias se hicieron cargo de la situación, disolviendo el motín con extintores. Para evitar nuevos motines, idearon un plan. Hay que decir que los guardias eran 9, igual que los presos, y que hacían turnos de 3 cada 8 horas. El motín les pilló a unos, los del siguiente turno se encontraron con el motín y acusaron a los que estaban de guardia de ser demasiado "blandos". Llamaron a los del otro turno y allí estaban todos, para anular el motín y buscar la solución. El plan que se le ocurrió a uno de ellos fue utilizar técnicas psicológicas.

Los presos dormían en 3 celdas, 3 prisioneros por celda. Los guardias organizaron una de las celdas como celda de "premio". Metieron en ella a 3 reclusos. Éstos tenían las mantas, podían ir al baño cuando querían para lavarse y cepillarse los dientes, tenían sus uniformes y camas. Los 6 restantes no. A los privilegiados se les dio una buena comida a la vista de los otros 6, a los que no se les dio de comer. Se mantuvo esta situación durante medio día y luego se les sacó a los presos "buenos" de la celda de privilegio, y se les puso con los "malos", y a algunos de los "malos" se les puso en la celda buena. Los presos "malos" que tenían a uno "bueno" en la celda pensaban que era un espía; al "malo" que se habían llevado a la celda de privilegio pensaban sus compañeros que se había chivado; el "bueno", al que habían sacado de la celda de privilegio, pensaba que habían dicho algo malo de él...

Y los guardias crearon solidaridad entre ellos, eliminando la sensación de simulación.

En el segundo día, ya estaban todos en el papel.

Pero no sólo los que participaban en el experimento. Todo el equipo de psicólogos se metió dentro de su propio experimento.

En los días siguientes, la situación se fue extremando. Los presos sentían que no podían salir de verdad; los guardias, que tenían el poder realmente. Incluso llegaron rumores de la organización de una huida de la "prisión", que, al final, no se materializó. El profesor Zimbardo llegó a la situación de pedir que se trasladara a los presos a una cárcel de verdad para evitar la evasión. Ésta, supuestamente, iba a ser organizada desde fuera, a cargo de uno de los "presos" que, debido a su deterioro psicológico, fue sacado del experimento.

Otro ejemplo del grado de implicación fue que el equipo tuvo el asesoramiento de un preso real que, en un determinado momento, hizo de jefe de la comisión de la libertad condicional de los presos. Ese hombre, que había vivido esa situación, se convirtió en un oficial autoritario y repugnante, exactemente como se habían comportado con él. Cuando acabó el experimento y se dio cuenta de su actitud, se asqueó de sí mismo.

Los presos también fueron visitados por un cura, que fue informado del experimento, para ver las reacciones de los prisioneros. La mayor de la sorpresas fue cuando ese cura fue, luego de la visita, realmente a visitar a las familias de los estudiantes que hacían de presos y les recomendó de verdad que contrataran a un abogado.

Sería largo, demasiado largo, contar todo lo que sucedió allí. Resumiendo, los "presos" vieron reducidos sus derechos como personas y ellos aceptaron aquello, bajo el convencimiento de que no podían esperar otra cosa, que no podían escapar. La esperable unión de grupo había desaparecido. Obedecían ciegamente, algunos tenían ataques de pánico. Uno incluso desarrolló una erupción psicosomática en la piel. El deterioro psicológico era importante, se habían olvidado completamente del experimento y pensaban que todo era real. Los "guardias" tenían formas diferentes de enfrentarse también a su situación: unos eran duros, pero justos; otros, eran buenos y hacían favores a los presos y otros se convirtieron en unos auténticos desgraciados sádicos.

Como he apuntado antes, el final del experimento, pensado para 2 semanas, se produjo el sexto día. El profesor Zimbardo descubrió que por la noche, cuando los guardias pensaban que las cámaras no grababan, éstos sometían a los presos a vejaciones cada vez más deningrantes. Aunque el verdadero detonante fue una recién doctorada, llamada Christina Maslach, que iba a entrevistar a los guardias y reclusos: vio como los guardias llevaban a los presos se les hacía marchar en fila hacia el lavabo, con la cabeza dentro de bolsas, las piernas encadenadas y las manos los unos sobre los hombros de los otros, mientras los guardias les gritaban. El profesor Zimbardo había empezado a salir con la doctora Maslach, y ella le gritó: «No estoy segura querer tener algo que ver contigo si esta es la clase de persona que eres. Es horrible lo que estás haciendo a esos chicos.»

Las conclusiones a las que se llegaron sobre el comportamiento de un grupo de individuos en una cárcel son muy discutidas, debido a la pérdida de la perspectiva del equipo de psicólogos que debían controlar el experimento, conocido como El experimento de la cárcel de Stanford.


Sólo he resaltado algunos aspectos de este experimento. Hay una página oficial donde se habla de él y se habla de los preliminares, el experimento, actitudes y conclusiones, página revisada por el propio profesor Zimbardo. Muy, muy recomendable.

En el artículo de la Wikipedia se habla del experimento en versión resumida y también apunta las críticas que recibió y aun recibe.

También he encontrado una entrevista al profesor Zimbardo, donde habla del experimento y de las similitudes con lo sucedido en la cárcel de Abu Ghraib, durante la guerra de Irak. También habla de su libro "El efecto Lucifer". La entrevista, titulada ¿Por qué los chicos "buenos" hacen cosas malas?, está hecha por Myriam López Blanco para la página Kindsein.

Como complemento, dejo los enlaces (1, 2 y 3) a un reportaje sobre el Experimento de la Cárcel de Stanford, con vídeos e imágenes originales y entrevistas al equipo y a los sujetos. Está en inglés sin subtítulos y en versión de alta calidad.

En 2001 se hizo una película, titulada "Das Experiment" (tráiler en alemán, tráiler en inglés). Dura, indignante. Y es sólo una recreación peliculera, es decir, que se aleja en bastantes puntos de la historia real y tiene cosas que rechinan. Pero la psicología de los personajes no está mal. La recomiendo, pero para un día que se esté de ánimo. Si se está de bajón, da muy mal rollo.


24 comentarios:

Chicho dijo...

Al ser humano cuando le das poder sobre otra persona...se olvida de donde viene...así somos y así seremos por desgracia..No conocía esta historia....indagaré...gracias

Bloggesa dijo...

Yo creo, blogger a tiempo parcial, que tal vez sea al revés. En esa situación, el ser humano recuerda de donde viene. Somos unos jodidos animales, la supervivencia del más fuerte. Cuando nos despojan de aquello que nos puede identificar socialmente (el coche, la casa, el reloj, la ropa...), nos quedamos en lo que somos (animales bastante estúpidos) y nos ponen en una situación límite, pues tonto el último. Algunos se pueden sacrificar como corderitos y otros matarán como lobos. Y el que tenga una posición de privilegio es una ventaja abismal...

Creo que se me está yendo la olla. Me estaba ya imaginando todo eso como un documental de la 2.

Voy a por el segundo café, a ver si espabilo... Un abrazo.

Anónimo dijo...

supongo que ninguno de los conejillos imaginaba cuál sería su comportamiento después de encontrarse en una situación así. Visto desde fuera es algo animal y repugnante, habría que ver qué haríamos nosotros en su lugar, no??

Bloggesa dijo...

Sí, somezing. Nadie podría adivinar cómo se comportaría en esa situación. Menos mal que no incluyeron mujeres.

Un abrazo, vacacionera afortunada.

gotomax dijo...

Como una manada de lobos, igualito.

Tremendo experimento el que nos muestras hoy, realmente una entrada que seguro no nos dejará indiferentes. Junto con la anterior, dos temas más que añadir a la lista de los top ten publicados aquí.

En mi casa tengo un experimento similar, mi hijo mayor es el carcelero y la niña la prisionera...la tiene frita. Es un pesado que no la deja vivir tranquila, la super controla y a la mínima le está llamando la atención. Ya no se que hacer para que se lleven bien. Lo curioso es que cuando están solos se llevan de maravilla, él le explica cuentos y juega con ella. De repente salta una chispa no sabemos bien porqué y ya la tienen liada.

En fin, que para eso tenemos hijos, para disfrutarlos jejejeje!!!

Blackjoker dijo...

Hola, buenas. No hace falta correr mucho para ver a gente comportandose como animales. Me lo parece a mí o ultimamente la gente va con una mala baba y una falta de educación que asusta?
Dentro de poco no harán falta experimentos en laboratorios para estudiarnos. Si. Estoy pesimista ante estos temas. Pero como siempre digo: El sentido del humor es lo último que se pierde, pues la esperanza a veces no basta. Disculpa Bloggesa, te okuparé el blog un "poco". Para darle la vuelta al tema, me he reencontrado con el ser más hermoso creado por el hombre: el Clown. He empezado a releerme por chorroventuplica vez "El Clown: El navegante de las emociones". Me encanta. Os lo recomiendo. Os hago un pequeña psinósis: El adulto serio y rutinario puede buscar su clown interior como llave para conocerse a si mismo. Al leerlo mi mejor amigo dijo: "En tu caso es tu deber encontrar tu adulto serio y rutinario." No lo he logrado aún. ups... cuando okupo, lo hago de narices. Sorry I did again. Besos a todos.BJ.

Igrein dijo...

Pues paso. Para otro momento.

Ya había oído hablar de este experimento... una lástima...

Siempre ha sido extremadamente facil criticar sin saber...

Un besazo.

gotomax dijo...

He recordado algo que nos explicaron en un "training personal"(ya estamos con los anglicismos), algo que ya expliqué en su día en chez goto...

El monitor decía que todos tenemos un mono interior, una especie de gorila que a veces se empeña en salir a la superficie. Nuestra tarea es contenerle para evitar que asome al exterior.

Ponía el ejemplo de una persona que va al volante de su automovil. De repente alguien le adelanta pasando demasiado cerca suyo, lo que le provoca una irritabilidad exagerada. Acto seguido empieza una persecución implacable, luces largas y golpeteo frenético del cláxon del coche. Ya hemos sacado al gorila que llevamos dentro y se ha convertido en una bestia incontrolable...¿o no?
Supongamos que el energúmeno consigue llegar a ponerse justo al lado del conductor perseguido. El gorila está preparando toda una batería de insultos y gestos cariñosos, pero de repente el otro conductor resulta ser alguien conocido, o un familiar...¡¡¡ah amigo!!!
Resulta que entonces sabemos perfectamente recoger en retirada al gorila, ponemos buena cara y saludamos con cara de "no pasa nada"...

Lo malo es cuando hay quien tienen demasiada facilidad para sacar ese gorila, pero muy poco autocontrol para recogerlo a tiempo. Son esas bestias escondidas que cuando tienen oportunidad matarían por saldar sus supuestas cuentas pendientes. Ojo con esos, son realmente trogloditas descerebrados.

Bloggesa dijo...

Goto, creo que las manadas de lobos son bastante más humanas que nosotros.
Parece que tu muchacho se siente responsable de tu hija, hace de padre con ella... No sé, será la adolescencia, ¿no? Por ahí anda.

Blackjoker, éste era el experimento al que te referías en el comentario del post anterior.
Yo creo que sí está faltando cada vez más la educación. Mira, de pequeña, cuando me mandaban hacer algún recado, si entrabas a la tienda sin saludar hasta miraban mal. Yo era muy tímida y a veces no saludaba. Ahora, cuando paso a una tienda, siempre saludo, el típico "Buenos días" al aire. Ya casi nadie contesta, o murmuran algo muy bajito. Bueno, es una tontería en cuestión de buenas maneras, pero sí que me parece sintomático. La gente cada vez es menos agradable.
Oye, encantada de que me ocupes el blog con cosas así. Lo que recomiendas, ¿qué es? ¿un libro? He buscado pero no lo he encontrado. Danos datos, hombre, que me parece una buena idea.
Por cierto, que en la blogosfera tenemos a nuestra clown personal: Su "Chispita", payasa de corazón y de profesión, un encanto de muchacha. Ese blog lo tiene algo abandonado, también tiene éste.
No sé si la conoces.
De regalo, te dejo el vídeo de un espectáculo que vi hace un par de años de una clown divertidísima. Para que te rías un rato.
Un besote.

Igrein, no he estado muy alegre en estos dos últimos post, la verdad.
Otro besazo para ti, encanto.

Monsieur Goto, oh là là!, recuerdo aquel post. Yo me convierto en orangutanilla, no persigo a nadie ni soy mala así, pero pego unos gritos... Sólo para desfogarme y con la ventanilla cerrada. Cuando voy sola no pasa nada, pero si voy acompañada, le pego unos sustos a los acompañantes, porque mantengo una conversación normal y luego me pongo a decir palabrotas... y la gente se me asusta. Me dicen que estoy loca... Y yo soy buena... de verdad...

Buen fin de semana a todos, guapetones.

Auror dijo...

Hola Bloge, cuanto tiempo sin decir ni pio¡¡¡¡
Paso por aqui de vez en cuando, y siempre alucino con tus entradas.

Ahora solo decir que si bien somos bastante salvajes, también tenemos un lado cariñoso, solidario... y buena gente hay y mucha.
un besote guapisima

Kreus dijo...

Yo una vez estuve unos días haciendo unos cursillos. Además de eso por las tardes (era un sitio magnífico) nos pegábamos unas sesiones deportivas (bici, partidazos de fútbol, etc..).

Como que nadie tenía la más mínima forma física al segundo día teníamos todos unas agujetas de caballo que no podías ni levantar las piernas.

Y ahí llegó la sesión de "paintball", que es ese juego de hacer batallitas con una especie de escopetas que disparan bolas de pintura. El profe lo advirtió y lo viví en mis propias carnes.

Se produjo el llamado "efecto pistola" que consiste en que le tienes a un hombre que no tiene fuerzas ni para arrastrarse y le das un arma con la cual pueda disparar sobre sus semejantes (y especialmente si en medio anda su jefe XD) y de forma milagrosa saca fuerzas de dond eno las hay y se pone a correr como un gamo.

Edificante...

Besos

Norma dijo...

Jo, que interesante Blogge.. me falta leer el anterior, ya volveré.

Si pudiéramos usar esa capacidad de sugestión para imaginarnos cosas mejores.. pero no, siempre con facilidad para creernos que lo que tanto temíamos por fin ha llegado...

Menuda especie derrotista estamos hechos...

Somezing de vacaciones, eh??? Ala, pues disfrútalas por nosostros un poquito :D

Besos, guapos!!!!!

Blackjoker dijo...

Hola de nuevo! Bloggesa, guapa. Gracias por el intento pero esta vez voy "avanzado". He pasado alguna que otra singladura por los blogs de Su. Si me esta leyendo espero que me perdone por no saludar. Prometo hacerlo en mi próxima visita. El libro es de Jesús Jara, maestro de artes artísticas, clown y creador de la Vetllades Desclowntrolades de Xirivella (Valencia) . El libro esta dentro de la colección de "Temas de Educación Artística" editado por Proexdra.

Si bien es un manual de técnicas destinada a pedagogos y profesores de artes escénicas, para el simple mortal es una una visión del clown para desterrar de nuestra mente la típica imagen del payaso como mero entretenimiento infantil.

El video es fabuloso. Gracias
Besos a todos. BJ.

Bloggesa dijo...

¡Auror, mujer, cuánto tiempo! Encantada de volver a leerte.
Por supuesto, también tenemos nuestro corazoncito y una mayoría podemos hacer el bien.
Hay una cosa que no comprendo, si bien somos muy solidarios para algunas cosas, en el día a día somos muy poco solidarios. Recuerdo algo que contaba Carla de Carlaaventuras hace meses: iba en el metro (creo) e iba una chica embarazada. Ella misma iba embarazada, pero apenas se le notaba. Nadie fue capaz de cederle el sitio a la otra chica, que era muy evidente su embarazo. Todo el vagón miraba al suelo, en un estúpido intento de "si no lo veo, no existe". Creo que mucha gente es solidaria por convencionalismo, porque queda bien. La gente que es solidaria porque sí es menos habitual.
Como ves, confío poco en el género humano como conjunto.
Otro beso grande y ¡anímate! y abre de nuevo el blog, mujer. Escribe cuando quieras. No me creo que no lo eches ni un poquito de menos.

Tale, sí, muy edificante. Yo también he jugado a eso, pero me sucedió exactamente lo contrario. Cuando vi que alguno de los que jugaba no iba simplemente a pasárselo bien, sino a hacer de Rambo y a hacer daño, se me quitaron las ganas de disparar y me fui con el monitor al "territorio protegido".
Me ha gustado eso de "correr como un gamo". Es la definición perfecta.
Un beso.

Norma, creo que la cuestión es la soledad. Cuando nos creemos solos, somos más vulnerables. Estos experimentos que cuento son situaciones límite donde el individuo siente que está solo, sobre todo en el experimento de Stanford, en el que se anula la sensación de solidaridad y de grupo. En sociedad, la cosa cambia.
Somezing está con sus vacaciones de profesor, casi tres meses de relax. ¡Qué envidia!

Besos también para ti.

Blackjoker, jeje, me alegra que vayas avanzado. Tomo nota del libro, que nunca vienen mal más sonrisas.
Besos para ti.

Aristos dijo...

Las situaciones límite nos retratan.
Siempre me he preguntado, en caso de naufragio, quién haría algo por salvarme y viceversa.
(Aún me dura el efecto crucero, disculpas...)

Saludos.

Susana dijo...

bueno yo creo que me conozco un poquito, aunque cada dia, descubro a una su nueva que me sorprende, unas veces gratamente y otras dandome nauseas de mi jajajaj lo que si sé es que miro hacia atras y recuerdo el camino recorrido y sonrio, no aspiro a tenerlo todo, aspiro a cada dia respirar esa paz que me inunda por momentos, a poder sonreir a pesar de los momentos jodidos y a disfrutar con mucha mucha intensidad cada uno de los pequeños y grandes momentos que nos regala este explendida vida. Se me fue la perola un poco em? jajaja pero bueno,que te quiero mucho y gracias por tu felicitación, eres un cielo, besitos

Bloggesa dijo...

Cronopio, en caso de naufragio seguro que se produce el conocido efecto de "tonto el último". Seguro que se descubrirían grandes cobardes que no sabían que lo eran y, al contrario, gente totalmente desprendida que tampoco lo sabía.
Un abrazo.

Susana, no se te ha ido la perola en absoluto. ¡Amén, hermana! Yo también te quiero, polluelilla mía. Mil felicidades, que cumplas muchos más, y yo que lo vea.

kamonbeibelaikmaifalle dijo...

Hay que ver las cosas que se lo ocurren a los psicólogos!!!
Parecen abogados...
Homo homini lupi???... Jodido.

Susana dijo...

A ver, me acabo de parar detenidamente a leer los comentarios, que hasta hoy no pude hacerlo, primero decir que Jesús Jara es uno de mis maestros, su libro es como la torá para mi jejeje, he aprendido mucho de él, de los abrazos de nariz compartidos, de las charlas y de los momentos vividos juntos en xirivella, por eso te recomiendo el libro, como bien dice Blackjoker, al igual que sus sitios web, pero sobre todo,porque no son palabras vanas sin sentido, sino cosas vividas ,aprender que la vida sin humor, no es vida


Pos na, guapa que besos de nariz, aqui te dejo esto, por si quieres verlo em....


Flaquibutti




Flaquibutti Escola



BESOS PA TOSSSS

Paco Becerro dijo...

Impresionado BLOGGESA. Impresionado de tu documentación, para escribir un post tan interesante.

Que cosas. Efectivamente, somos jodidos animales como dices en el comentario a la izquierda y efectivamente, así actuamos tantas veces que ya no nos extraña nada.

Besos reaparecidos

gotomax dijo...

En mitad de un naufragio un marinero grita:
-Capitán capitán, todavía quedan mujeres a bordo!!!!
-Si hombre, para follar estoy yo ahora!!!

Fiel reflejo de lo que ocurriría en la actualidad ante un naufragio como el del Titanic. Por aquella época todavía existía cierta educación y había unos valores. En nuestra sociedad actual prima el empujón, el yo estoy primero y si no pues me cuelo para ponerme delante. No se respeta nada, los programas televisivos todavía fomentan más esa cultura de arribismo al precio que sea. Vamos mal, pero es que iremos a peor sin duda. Al menos nos queda el consuelo de intentar que nuestros hijos sigan una educación de respeto al prójimo, de amor hacia los menos afortunados y de ser solidarios con quienes lo necesitan.

Bloggesa dijo...

Kamonbeibe, peores que lobos. Si nos rascaran más la tripita y el lomo, seríamos mucho más amables.
¿Qué tal van las vacaciones de verano, guapetona? Un beso.

Susana, he visitado las páginas y tiene una pinta estupenda. Siempre me han gustado mucho los clown, tanto de pequeña como de "mayor". Otro beso de nariz para ti.

¡Futuro bloguero, bienvenido de nuevo! Ya pensaba que la Rubia Azabache te había dejado medio muerto con el reencuentro. Ya he leído que has estado en la gloria bendita, disfrutando de días de asueto.
Con respecto al post y tu comentario a él, no sé cómo se ha llegado al punto de que ciertos comportamientos no nos extrañen. Deberían ser la excepción y no la norma. Besos.

Gotomax, además de viejo, ¡qué malo el chiste!
No sé si iremos a peor (miedo me da), pero si así es, esto colapsará por algún lado. Me has hecho acordar de un post que hice hace ya tiempo sobre "La balsa de la Medusa". Mala gente siempre ha existido. Lo bueno es que buena gente también. Un abrazo.

Ana dijo...

Conocía el experimento sociológico y también vi la película. Hace reflexionar muchísimo sobre la naturaleza humana y sus debilidades, especialmente con los abusos de poder y torturas en las cárceles reales. Bastante durillo.

Bloggesa dijo...

Sí, Ana, bastante durillo. La peli deja una sensación muy desasosegante. Jolín, yo me metí en ella bastante y no fue nada agradable.
Pero lo tremendo es que podamos llegar a ser así, verdugos o víctimas sin personalidad...
Un abrazo.