Una corta singladura

Sin duda, fue un pequeño trayecto el que hizo el navío de guerra sueco Vasa el 10 de agosto de 1628. De hecho, se hundió el mismo día de su viaje inaugural.

Imaginad un inmenso barco de tres mástiles. Tres hileras de cañones, una en el puente y las otras dos a los dos lados del casco del barco, 64 cañones en total, que la mayoría de ellos lanzaban proyectiles de 11 kilos. Un barco que medía desde lo más alto del mástil mayor a la parte más baja de la quilla 52 metros, y 69 metros de proa a popa. Que pesaba 1.200 toneladas, incluido todo el bronce que utilizaron para los cañones y elementos decorativos. Un barco que podía albergar 130 marineros y 300 soldados.

El Vasa. Construido por orden del rey Gustavo Adolfo II, rey de Suecia, llamado así el navío por ser el nombre de la dinastía reinante. Contruido por 400 personas en 2 años. El barco de guerra más grande y magnífico jamás fabricado, que, con un golpe de viento, se escoró, se empezó a llenar de agua por las cañoneras y se hundió.

Pensaréis que estaba mal construido, y pensaréis bien. El rey hizo cambiar los planos y mediciones iniciales para dotarlo de más cañones. Y los constructores, para compensar el incremento de peso, lo hicieron más alto y lo lastraron con piedras. Pero el peso en la parte alta era demasiado y eso lo hizo escorarse y hundirse.

Pensaréis también que de qué estupendo barco es la imagen de arriba. Es del Vasa, el original, el auténtico. Anders Franzén, un ciudadano sueco, había oído siempre la historia del Vasa y sabía que estaba hundido en las aguas que había cerca de la casa de sus padres. Lo encontró en 1956, y pudo ser reflotado en 1961, 333 años después de su hundimiento.

Su estado era inmejorable, para el tiempo que había estado sumergido, debido a que el molusco Teredo navalis (también conocido como bromas), que devora los restos de madera en aguas saladas, no sobrevive en las aguas frías y más dulces del Mar Báltico. El 95% del barco estaba intacto, incluidas las piezas y esculturas de madera que servían para adornar convenientemente un navío real.

Hoy en día, existe en Estocolmo un museo hecho exclusivamente para albergar al Vasa, donde se expone el barco y los innumerables objetos que contenía. Con 800.000 visitas al año, es uno de los museos más visitados del norte de Europa.

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Fuentes: He sabido de esta historia en la radio (fuente de gran conocimiento). RNE Radio 1, en el programa de Juan Ramón Lucas, "En días como hoy". No recuerdo el nombre del periodista que ha contado la historia. Para el artículo, he utilizado la Wikipedia y la página oficial del Museo Vasa (afortunadamente en español) donde podéis ampliar la información, que la conservación del barco les lleva de cabeza.

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